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¿Cómo hacer su empresa atractiva para los inversores extranjeros?

La creciente globalización de los mercados y una débil situación económica en España son estímulos para que las empresas busquen en el extranjero los inversores para sus empresas. Cada vez son más los inversores extranjeros que invierten en España, y empiezan a serlo también los españoles que compran en otros países.

Muchos inversores extranjeros están ansiosos de oportunidades de adquisición en España. Para ellos es un momento muy oportuno para posicionarse en el mercado español, no solamente por las oportunidades de crecimiento que ofrece el país una vez salgamos de la crisis sino por la situación privilegiada para vender productos o servicios en Latinoamérica como región con quien España mantiene una constante y compacta relación comercial.

La depreciación del euro es un detractor en este momento para inversores estadounidenses, ingleses o asiáticos porque las inversiones transfronterizas se han más atractivo, aunque la situación empieza a revertirse según la tendencia que el mercado de divisas mantiene. Sin embargo, el proceso de entrada al mercado español no está exento de obstáculos y estos inversores deben sortear una cantidad de dificultades. 

Generalmente no están familiarizados con los pormenores del negocio en venta, ni conocen las costumbres culturales del país, las regulaciones gubernamentales, las complejidades del mercado laboral, entre otros. Para posicionar su empresa como un candidato de adquisición más atractivo para el mercado extranjero hay que facilitar el proceso de venta y conducirlo con inteligencia, apoyado de asesores profesionales conocedores de la materia. Identificar los riesgos asociados a la empresa en venta y a la transacción de compraventa es una labor del comprador y sus asesores.

Sin embargo, la actitud del vendedor en exponer y compartir las debilidades y amenazas a que se expone la empresa hoy y aquellas que puedan surgir en un futuro cercano por causas conocidas, es una demostración de confianza que dará sus frutos durante el proceso de venta.

Participar en la Due Diligence

En general es una tarea que realiza un comprador interesado. Los compradores extranjeros ciertamente estarán muy ocupados tratando de entender asuntos legales, regulatorios o medioambientales. El vendedor puede facilitar el desarrollo de la transacción mediante la realización anticipada de investigaciones o tareas que son descubiertas en fases más avanzadas del Due Diligence, tales como preparar un inventario de los activos de la sociedad en venta, que incluya listas de los bienes materiales e inmateriales, la detección de cuál de ellos necesita reparación, los bienes raíces que estén expuestos a potenciales contingencias medioambientales, etc.

También se tienen que tener en cuenta cuestiones relativas al departamento de Recursos Humanos. El departamento debe recopilar  una lista de los empleados y determinar si alguno de ellos podría causar problemas a un comprador internacional. Por ejemplo, si el vendedor emplea a ciudadanos sin papeles de residencia o permisos de trabajo, o evaluar si la salud de los empleados es la adecuada durante la transición a un propietario extranjero.

Expectativas razonables Los tiempos de ejecución de una adquisición internacional pueden alargarse por asuntos de logística por los viajes con el equipo evaluador de la compra, por la necesidad de crear un ambiente de confianza entre los empresarios de distintas culturas, por los tiempos de transferencia del know how entre empresas que operan en mercados diferentes, etc. El vendedor tiene el reto adicional al tener que valorar si la operación de compra está o no agrandada por estos factores, o si son la consecuencia del retardo del vendedor en la consecución de la financiación requerida o en la aprobación en sus respectivos órganos de dirección o inversión.